El ser humano siempre ha sentido la necesidad de nombrar las objetos y más aún los sentimientos.
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Nos da seguridad saber, que lo que nos pasa, tiene nombre y apellidos. Por que si podemos etiquetarlo, quizá haya una explicación para todo.
Cuántas veces nos hemos visto en alguna situación que no sabemos cómo describirla. Experimentar un sentimiento y no encontrar las palabras para expresar lo que sentimos. Entonces, nos agobiamos, por que al no saber expresar que es lo que nos ocurre, pensamos que el que está al otro lado, no entiende qué es lo que nos está pasando.
Resulta curioso que algunas culturas busquen la manera de expresar ciertos sentimientos con una sola palabra, mientras otras no necesiten esa única certeza, si no que para definirlo lo hacen a través de describir lo que simboliza.
Encontramos un ejemplo en la palabra japonesa NANKURUNAISA. Esta palabra viene a decir, más o menos que el tiempo viene a poner todo en su sitio. En español no hay una palabra que reúna ese concepto.
No escribo en el blog desde Julio de 2020, más o menos el tiempo que llevo sin entrenar con asiduidad. La lista de razones es larga, a veces justificada y otras no tanto. Intenté retomar los entrenamientos en varias ocasiones, pero me faltó la constancia.
En los últimos meses ha ido fraguando en mi la idea de retomar los entrenos y por tanto volver a escribir en el blog.
Así que me he propuesto empezar el próximo día 1 de octubre con una nueva rutina de entrenamiento.
Te invito acompañarme en esta nueva aventura. Pero recuerda, nankurunaisa.
Quiérete y llega aquí cuando estés preparado. A mi me ha costado mucho llegar, pero llego con muchas ganas de superar la mejor versión de mi mismo.
Siempre hay un día en el que todo cambia. Un instante, una chispa que hace que este sea el comienzo.
Un saludo a todos, tardé en llegar, pero estoy de vuelta.
Salgo a correr.