En este apartado comentaremos las técnicas básicas de la orientación con mapa y brújula.
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Pese a que algunos aspectos que veremos parecen obvios, no cabe la menor duda de que es importante que al principio dominemos estas técnicas para pasar luego a técnicas más avanzadas.. Relacionar los símbolos del mapa con los elementos del terreno, para ello es necesario saber dónde nos encontramos dentro del mapa. Siguiendo una progresión lógica comenzaremos en parado y luego podremos ir haciéndolo en movimiento. Comienza con los elementos más fáciles de identificar: caminos, carreteras, líneas eléctricas, edificaciones, vallas, etc. Deja para más adelante elementos más complejos como la interpretación de curvas de nivel, formas de relieve o los tipos de vegetación.
Es muy importantes saber con exactitud dónde me encuentro dentro del mapa. Mientras nos desplazamos es necesario usar el mapa constantemente para estar siempre ubicados en el mismo. Los elementos dibujados en el mapa nos facilitarán nuestra posición. Si descuidamos esta acción nos perderemos y tardaremos mucho tiempo en reubicarnos. A veces en tramos muy sencillos, puedo descuidar la posición exacta en la que me encuentro, siempre que sepa que pronto me voy a encontrar una referencia clara que no me deja lugar a dudas sobre mi posición exacta.
Desde el primer momento en que cogemos el mapa debemos aprender a orientarlo. Orientar un mapa es colocarlo de tal modo que los elementos lineales del mapa resulten paralelos a sus homólogos del terreno. Es decir, se trata de colocar el mapa conforme se encuentra el terreno de manera que aquello que se encuentra delante de nosotros sobre el terreno lo esté también en el mapa. En deficin¡tiva es moverlo hasta que el mapa encaje con el terreno. Se puede hacer a ojo, usando las referencias del terreno, o bien con la brújula, haciendo coincidir la dirección Norte señalada en el mapa de dirección Norte marcada por la brújula.En iniciación hay que hacer más hincapié en la primera forma.
Para ir de un punto de control al siguiente hemos de ayudarnos de elementos reales que vengan dibujados en el mapa. De todos ellos los que más te va a servir son los elementos lineales como carreteras, caminos, sendas, tendidos, vaguadas, etc. Pasando de unos elementos lineales a otros seríamos capaces de llegar al control con la máxima seguridad. Pero a veces no podemos llegar a través de estos elementos lineales, por lo que usaremos elementos puntuales, como edificaciones, árboles aislados, claros en el bosque, cortados, etc.
El orientador debe siempre planificar el itinerario que va a seguir en cada tramo. Nunca debe correr a lo loco sin tener un itinerario que seguir y segundo decidir cuál es el que deseo hacer. En tercer lugar se trata de ejecutar lo planificado pasando por los elementos previstos. Es bueno que al principio busquemos el camino más fácil. El recorrido ideal es aquel que es más rápido y seguro.
Teniendo en cuenta la escala a la que viene el mapa y usando la regla que incorpora la brújula podemos calcular sobre el mapa la distancia real que nos separa dos puntos de control. Sobre el terreno las instancias se pueden calcular a ojo o a través de una técnica más compleja llamada talonamiento.
Con la experiencia, aprenderemos a estimar distancias sobre el terreno y a asociarlas a distancias en el mapa. Por ejemplo, si en el mapa de 1ç:10.000 dos controles están separados entre sí 2 centímetros, es que en la realidad lo están 200 metros. Con un poco de entrenamiento serás capaz de saber aproximadamente cuándo has recorrido en carrera esos 200 metros. De esta forma sabrás, más o menos, cuánto queda para llegar al control y evitarás así pasarte de largo o quedarte demasiado corto.
Bueno estas son algunas técnicas básicas para comenzar a defenderte en una carrera de orientación. En la próxima entrada hablaremos sobre la interpretación del relieve, las curvas de nivel y pendientes.
Un saludo, salgo a correr.